Información hay, y mucha, en cuanto a salud se refiere, sin embargo, muchas veces la gente no puede optar por los alimentos y bebidas sanas, porque muchas veces son más caras.
Para dar un empuje a la vida sana, los gobiernos, no sólo en México, sino en otras partes del mundo comenzaron a aplicar impuestos especiales a los productos nocivos para desincentivar el consumo, por la carga económica que representa.
Los IEPS iniciaron con los productos del tabaco, y luego con bebidas azucaradas e hipercalóricas.
Por fin hay resultados de la efectividad de estas medias. La investigaciòn realizada por el el British Medical Journal, el estudio realizado de manera conjunta por el Instituto Nacional de Salud Publica (INSP) y el Centro de Población de la Universidad de Carolina del Norte (UC), respecto a la incidencia del gravamen en la compra de bebidas azucaradas durante 2014, resultó en un impacto de casi 20%.
El estudio del INSP y la UC que comprendió información de enero 2012 a diciembre 2014, con datos de 6253 hogares en 53 ciudades, concluye que el volumen promedio de bebidas con impuesto vendidas durante el 2014 fue 6% menor en comparación con las ventas esperadas en ausencia del impuesto.
Los hallazgos también mostraron que la reducción se incrementó a lo largo del año, alcanzando una disminución de hasta 12% en el mes de diciembre de ese año. Destacó que la reducción fue mayor para los hogares del nivel socioeconómico más bajo, con un promedio de 9.1% y alcanzando 17.4% en diciembre 2014.
Estos resultados aplicaron también para las bebidas no carbonatadas, pero si con una gran carga de azúcar, como los jugos industiralizados, en muchos casos, las personas sólo cambiaron de marca a la de menor precio, lo que comprobó que en efecto, el consumo se realiza por la disponibilidad económica en las familias.
Ante esta respuesta que definitivo pegó a las refresqueras, éstas se lanzaron con campañas publicitarias mucho más agresivas según la investigaciòn del BMJ, o cambiando presentaciones más grandes para que las bebidas pequeñas resultaran mucho más caras que las de varios litros, en proporción.
Al respecto, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor (EPC) afirmó que es muy importante la publicación del estudio sobre los resultados del IEPS en refrescos en una prestigiada revista científica como es British Medical Journal; “Las políticas públicas que se diseñen e implementen en un país deben estar sustentadas con evidencia».
Al tener impuestos significativos con respecto al precio del producto, la gente opta menos por consumirlos, por ello es que los investigadores concluyeron que para tener más éxito en las políticas públicas, el impuesto especial, debe incrementar a más de 20% del precio del producto sin impuesto, y así impactar positivamente en la salud de la poblaciones,
Fiorella Espinosa, investigadora en salud alimentaria de EPC comentó «El consumo de bebidas azucaradas genera claros daños a la salud, lo que en el caso de la población de los estratos socioeconómicos más bajos provoca mayores costos de atención en salud, disminución de la productividad y muertes prematuras, de ahí la importancia de implementar estrategias que logren reducir su consumo».
Adicionalmente menciona el escrito que si la recaudación del impuesto se encauza a la disminución de las disparidades en salud y socioeconómicas, los efectos fiscales podrían ser progresivos.