Los virus hepatitis, conocidos como VHA, VHB, VHC, VHD y VHE atacan al hígado, desde formas sencillas hasta graves y mortales como la cirrosis o el daño completo de la sangre volviéndose incurable, y la buena noticia es que pueden evitarse con hábitos saludables.
Por ejemplo, el de tipo A, al ser un virus RNA, no cuenta con una vacuna aplicable, pues su alta mutación hace que la vacuna sea obsoleta prontamente, pero al ser un virus que se transmite de forma fecal oral, puede evitarse con una buena higiene de manos, antes de comer, después de ir al baño, después de cambiar pañales y antes de preparar alimentos, así como lavar y desinfectar frutas y verduras antes de consumirlas.
En cuanto al VHB, un virus de tipo DNA, al ser una molécula estable, existe una vacuna preventiva, aunado a que podemos tomar acciones sanitarias que también nos ayudarán a evitar que el virus nos invada. Esta enfermedad se transmite por sangre, por lo tanto evitar compartir agujas, rastrillos, navajas o herramientas de belleza como tijeras, limas o cortauñas, nos ayudaran a prevenir un contagio.
Con transfusiones sanguineas, este tipo de contagio es prácticamente inexistente porque las medidas de seguridad que se toman son extremas, sin embargo, los transfundidos o trasplantados antes de 1970, corrían un riesgo elevadísimo porque no se contaba con todos estos mismos mecanismos.
De igual modo el tipo C, también de transmisión sangínea, y del tipo RNA, tiene el mismo tipo de prevención que el tipo B, con la del tipo B, con la diferencia, que no existe una vacuna por el tipo de virus altamente mutante, y si el VHC se instala en sangre, no es curable, aunque sí controlable.
VHC es el tipo de hepatitis más peligroso y mortal de no detectarse a tiempo, puede evolucionar a cirrosis y la mortalidad ha crecido 22% desde el año 2000.
El VHD o tipo delta sólo puede aparecer cuando hay una infección por VHB, sin éste no puede desarrollarse, por lo tanto, la inmunización oportuna será suficiente para que este virus no infecte.
Finalmente, el VHE, puede traducirse en una inflamación severa del hígado, causada también por un tipo RNA, que igual que el tipo A tiene una transmisión oral-fecal, por lo tanto puede prevenirse con hábitos adecuados de higiene, y aunque en América no hay vacuna que la prevenga, en China ya está aprobada debido a que se trata de una infección crónica y es preciso evitar contagios tanto como sea posible en este gigante asiático.