Cuando dormimos nuestro cuerpo experimenta diferentes sensaciones y emociones, aquí las 10 más frecuentes
1. Espasmos en todo el cuerpo
Normalmente cuando sufrimos estos espasmos nos damos cuenta incluso estando medio-dormidos, pero si duermes con una persona que los sufre seguro que te habrás llevado más de un susto. Según los estudios sobre este tema hasta un 70% de las personas lo “sufren” habitualmente.
El estrés, la cafeína o la ansiedad son potenciadores de este efecto, aunque también es normal que lo experimenten personas completamente sanas. Estos espasmos musculares están muchas veces relacionados con el sueño de una caída al vacío aunque el sueño no tiene porque ser la causa sino que también puede ser el efecto.
El nombre científico de este efecto es “espasmo mioclónico” y algunas teorías científicas apuntan a que puede deberse a un vestigio de nuestros ancestros que dormían en los árboles y que al sufrirlos se despertaban brevemente para recolocar su posición entre las ramas y así evitaban caer al suelo.
¿Eres de los que pegan patadas o de los que las sufren por sus parejas?
2. Excitación sexual
No te contamos nada nuevo, seguro que sabías que habitualmente los hombres “sufren” erecciones nocturnas e incluso por las mañanas se despiertan con la “tienda de campaña” montada. Lo que muchas personas desconocen es que esto suele ocurrir entre tres y cinco veces a lo largo de la noche. Se trata de algo muy beneficioso para la salud del pene ya que renueva la sangre con una más oxigenada.
Pero las mujeres tampoco se quedan atrás y es que por las noches el cuerpo humano segrega hormonas que excitan a ambos sexos por igual. Es bastante frecuente que una mujer se despierte excitada por la noche e incluso puede llegar a tener orgasmos mientras duerme. ¿Te ha ocurrido en alguna ocasión?
3. Producimos más gases
Hablando en plata: “Nos echamos más pedos por las noches” o al menos no podemos controlarlos. Lo que ocurre es que nuestro cuerpo al estar en un estado de relajación muscular puede llegar a liberar gases sin nuestro consentimiento.
Si los quieres evitar: Toma una cena ligera por lo menos tres horas antes de ir a dormir evitando sobretodo comer legumbres.
4. Tus ojos se mueven sin parar
Durante la fase de sueño REM siglas de rapid eyes movement (Movimiento rápido de ojos) nuestros ojos se mueven de lado a lado sin parar, como si por delante nuestra estuvieran sucediendo rápidas escenas a las que no queremos perder la atención. La fase de sueño REM es una fase de sueño ligero, nuestro cuerpo no está profundamente dormido por lo que si nos despiertan en ese momento nos encontramos frescos, descansados y alerta.
Los científicos todavía no tienen muy clara la función de la fase REM durante el sueño, creen que es necesaria como estimulación neuronal para la consolidación de la memoria, es decir, gracias a esta fase de sueño puede ser que al día siguiente recordemos mejor las cosas que hemos vivido el día anterior.
5. Tus músculos se paralizan
Nuestro cuerpo es inteligente y “bloquea” nuestros músculos mientras dormimos para evitar que nos movamos al ritmo de lo que estamos soñando. Si soñáramos que estamos corriendo y nuestros músculos pudieran actuar a su antojo, imagínate las consecuencias.
De todos modos aunque nuestro cuerpo es inteligente, no es perfecto. En algunas ocasiones se confunde y sigue bloqueando los músculos incluso cuando estamos medio despiertos, es entonces cuando pueden suceder terroríficos episodios como la parálisis del sueño de la que ya hablamos en un artículo anterior.
6. Puedes mantener relaciones mientras duermes
Seguro que conoces qué es el insomnio así que podrás imaginarte en que consiste el sexomnio o sexomnia. Es una patología del sueño que, para ser justos a la realidad, es poco frecuente. Las personas que lo padecen intentan mantener relaciones sexuales sin darse cuenta mientras están dormidas.
Aunque pueda sonar a broma e incluso parecer divertido, las personas que lo padecen te dirán que no lo es. La sexomnia puede convertirte en un violador involuntario. Este trastorno ha sido incluido en la clasificación internacional de trastornos del sueño y aunque todavía existen pocos estudios sobre él, es totalmente real.
7. Eres más alto
¿Habías escuchado que por las mañanas somos más altos que por las noches? ¿Qué opinas? ¿Mito o realidad? En este caso se trata de realidad y tiene una explicación científica bastante sencilla:
Cómo ya explicamos en el artículo ¿De verdad somos más altos por las mañanas que por las noches?, nuestra columna se “descontrae” durante la noche y al “hidratarse” los discos que hay entre cada vértebra estos aumentan ligeramente de tamaño y nos hacen unos pocos centímetros más altos mientras dormimos.
8. Tienes sueños recurrentes
Tener sueños recurrentes es algo bastante habitual aunque hay personas que están más predispuestas a tenerlos. Los científicos no se aclaran sobre la función de los sueños recurrentes, existen varias teorías al respecto pero todas tienen detractores.
La teoría de la simulación de la amenaza es una de las más populares. Esta teoría dice que en muchas ocasiones en los sueños se proyectan amenazas que podrían ser reales e incluso que lo han sido y que perduran en nuestra cabeza para que aprendamos a enfrentarnos a ellas. Por ejemplo, esta teoría dice que si una persona sufre un accidente, es muy posible que dicho accidente se convierta en un sueño recurrente y que con el paso del tiempo, la persona debería ser más capaz de enfrentarse a otra amenaza como la del accidente. Los detractores de esta teoría dicen que entonces no se puede explicar por qué en ocasiones tenemos sueños recurrentes en los que no se puede distinguir ninguna amenaza.
Por otro lado, hay personas que consideran que los sueños recurrentes tienen una explicación espiritual o incluso de visión del futuro. No hay muchos estudios que avalen este significado, pero si que es verdad que a lo largo de la historia se han dado coincidencias de sueños con hechos reales bastante sorprendentes.
9. Durmiendo adelgazas
Aunque dormir sea una actividad de bajo rendimiento nos hace adelgazar. Por supuesto nuestro cuerpo consume energía incluso durmiendo ya que tiene que mantener las funciones vitales activas. Por otro lado “dormir mal” puede tener justo el efecto contrario por culpa de la ghrelina, una hormona que generamos cuando dormimos poco y hace que tengamos más apetito.
Así que ya lo sabes: ¡Cuida tus horas de sueño!
10. Crees que te explota la cabeza
El “síndrome de la cabeza explosiva” es un efecto del sueño que como su nombre hace presagiar, es bastante curioso. Muchas personas describen la sensación de estar durmiendo plácidamente, cuando de pronto se despiertan por el ruido de una potente explosión.
Muchas de estas personas se levantan de la cama asustadas y miran por la ventana pensando que se trata de una bomba. De todos modos pese a que el ruido es espantoso, muy poca gente asegura sentir dolor cuando lo escucha. El problema es que las personas que lo padecen a menudo se sienten asustadas y desorientadas. Este trastorno está asociado a momentos de mucho estrés y ansiedad o épocas en las que no se descansa lo suficiente.