El transito es un caos, de eso no hay duda, y más después de la poco planeada acción de incrementar el “no circula sin objeto ni fundamento”, pues de acuerdo con los expertos era lógico que sólo se aumentaría el parque vehicular.
Pues al ver limitada su movilidad, quienes más poder adquisitivo tienen compararían un auto nuevo que circulara todos los días, el “viejo”, lo venderían a quienes no pudieran comprar uno nuevo, y de esa manera algunos tendrían dos autos para poder circular diario, y quienes no tenían, podían acceder a tener uno, aunque solo circulara unos cuatro días por semana.
Y luego, llega la decisión con fundamentos, en la que pueden circular todos los vehículos que generen menos emisiones de las permitidas.
Valla, algo de coherencia en el tema de ambiente, pero el haber incrementado así el parque vehicular, ahora traería otro caos; más tráfico.
Y ahora, respecto a este problema, una serie de expertos en temas viales, organizaron un foro sobre lo peligroso que es el tránsito excesivo y el transporte público de mala calidad.
Lo más atinado del tema es que para mejorar la calidad de vida, lo mejor es vivir cerca de tu vida, pero ¿qué significa esto?, en palabras de Roberto Remes y Carlos Romero, es que tu trabajo, tus actividades, las escuelas de tus hijos, etc., queden cerca de tu domicilio, para que puedas moverte a pie, en bicicleta, o bien en metrobus o microbús para las distancias más lejanas, que no deberían rebasar los cinco o seis kilómetros.
Y ya sólo para muy pocos casos, usar el metro subterráneo cuando las distancias excedieran los 10 kilómetros.
Eso sería lo ideal, la utopía, no digamos de México sino tan solo de la CDMX.
La realidad es que la gente cruza la ciudad de norte a sur, de este a oeste, de oriente a poniente y viceversa, para realizar sus actividades, pues desaortunadamente la mayoría de la gente vive en el oriente, y los centros de trabajo se concentran en Polanco, Roma, Condesa, Del Valle, y en zonas industriales, y no es viable para todos vivir cerca de su vida.
Para Remes y Sánchez, lo es, pues además tienen la capacidad de decidir en dónde se encuentra su oficina, pero para Jimena Iracheta, experta en gestión de ciudades, y Daniel Zamudio del poder del consumidor y también experto en el tema, viven “lejos” de su trabajo, y no precisamente se mueven en transporte público, ¿si fuera tan fácil porqué no lo aplican?
En realidad el problema tiene un trasfondo mayor, pues hace un par de meses realizamos una encuesta por Twitter sobre si la gente dejaría el auto si el transporte fuera suficiente, de calidad y las 24 horas, el 73% dijo que optaría por el transporte público, y el resto dijo que lo combinaría con su auto, mientras que el 0% dijo que seguiría usando sólo su auto.
Esto nos indica que la gente estaría dispuesta a usarlo, pero el problema mayor es que no hay metro, metrobus, trolebús, o bus que soporte toda la demanda de la población, por lo que es inviable que reduzcan carriles del tránsito privado para privilegiar los insuficientes y deficientes transportes colectivos, que aún cuando se hace “tráfico” de metrobuses, no cabe un pasajero más.
Suena bonito planear y proponer, pero mientras la gente no pueda vivir cerca de su vida, y en especial los conductores de colectivos, y particulares no respeten las bicicletas, la inseguridad de transporte sustentable continuará, y el colectivo no es opción de calidad por lo menos no aún.
Entonces lejos de hacer esfuerzos aislados por desincentivar y aumentar el costo del transporte privado, lo que se debe hacer es mejorar las opciones sustentables y colectivas, y poco a poco la gente las preferirá porque ya representan una comodidad mayor que usar un vehículo propio.
Para ello Remes indica las siguientes acciones:
- Ampliar el metro en las zonas generadoras de empleo
- Renovar el transporte público con una estrategia de mejoras en la operación y carriles exclusivos
- Crear nuevos estándares para la renovación de banquetas y estrategia peatonal en torno al transporte público existente