*Por Rocío Río de la Loza, Health Coach.
El sistema digestivo es una máquina perfecta para la absorción de nutrientes y la evacuación de los residuos. Esto permite que nuestro organismo pueda obtener la energía para todas las funciones del cuerpo y las células. Sin embargo, también es muy sensible y se puede ver afectado por diferentes malestares y enfermedades.
En este sentido, el cáncer de colon es el tercer cáncer más común en el mundo según el Fondo Mundial de Investigación del Cáncer (WCRF, por sus siglas en inglés).
El cáncer de colon y el recto, también conocido como cáncer de intestino, se desarrolla en el revestimiento interno del colon o recto llamado “pólipos”. Puede causar sangrado, bloquear el intestino o propagarse a otros órganos. A pesar de que no todos los pólipos se vuelven un cáncer, es aconsejable eliminarlos antes de que sea tarde.
Los síntomas más comunes incluyen:
- Un cambio en los hábitos intestinales.
- Malestar abdominal persistente.
- Sangrado rectal.
- La debilidad o fatiga.
A veces, estos pueden ir acompañados de náuseas, vómitos, pérdida de peso inexplicable, y una masa abdominal. Según la Sociedad Americana del Cáncer, se estima que el cáncer colorrectal provocará aproximadamente solo en EEUU 49 mil 90 muertes en 2016. No obstante, este tipo de cáncer se puede prevenir y tratar si se detecta a tiempo.
Por eso, para prevenirlo es necesario realizar análisis regulares de detección, tener de una dieta sana e implementar hábitos de vida saludable. Por ejemplo, en el Reino Unido alrededor del 54% de los casos se podrían evitar con esto.
El Continuous Update Project, un programa global de investigación sobre cómo la dieta que llevamos, nuestra alimentación, actividad psicológica y peso pueden afectar el riesgo de cáncer, llegó a la conclusión de que las siguientes circunstancias aumentan el riesgo de cáncer colorrectal:
- La ingesta excesiva de carne roja y procesada.
- El consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
- La grasa corporal.
- La grasa abdominal.
Por esto, se recomienda adquirir una serie de hábitos saludables para prevenir y cuidar la salud:
- Mantenerse activo.
- Mantener un peso saludable.
- Consumir al menos 3 porciones de granos enteros y productos de granos enteros (como el pan de trigo integral) todos los días.
- Comer frutas y verduras crudas.
Los granos enteros son nutritivos y fáciles de incorporar a las comidas diarias. Existen diferentes estudios que demuestran que poseen más fibra que otro alimento y ayudan reducir la posibilidad de desarrollar cáncer colorrectal. Además, son impresionantes, ya que pueden reducir también el riesgo de enfermedades del corazón, la diabetes tipo 2, el sobrepeso y la obesidad.