La amputación de miembros superiores o inferiores (brazos y piernas), puede ocurrir en muchos casos, y anteriormente las personas no tenían opción más que prescindir de estas partes de su cuerpo si por algún motivo estaban condenados a perderlas.
Sin embargo, esto ya no es así, al menos para los pacientes que se atiendan en México y en otros 18 países, en donde ya se realiza con éxito el trasplante de brazos.
Fue en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ) de la Secretaría de Salud, en donde se realiza esta cirugía de alta complejidad, y por cierto la única en toda Latinoamérica.
En conferencia de prensa, informaron que México el primer trasplante de este tipo due en 2012 a un paciente de 52 años, que perdió sus antebrazos por una descarga eléctrica. Actualmente presenta movilidad en ambas extremidades.
La segunda cirugía se efectuó en octubre de 2015 en un paciente masculino de 51 años trasplantado de ambos brazos en su totalidad, considerado, hasta hoy, el trasplante de extremidad más grande del mundo.
En su participación, el Jefe del Servicio de Cirugía Plástica, doctor Martín Iglesias Morales, puntualizó que se trata de un procedimiento prolongado que en promedio dura 24 horas y con un tiempo de rehabilitación de entre uno y cuatro años, por lo que es necesario vigilar estrechamente al paciente y la recuperación de la extremidad trasplantada.
La doctora Patricia Butrón Gandarillas, adscrita al Servicio de Cirugía Plástica, informó que la intervención consiste en la transferencia de extremidades compuestas por tejidos como la piel, el músculo, el hueso, articulaciones, ligamentos y además la conexión del sistema vascular y nervioso.
El procedimiento
Si te interesa saber cómo es que se logra la reconexión de la extremidad, te asombrará sabe que se dice fácil pero es una compleja técnica microquirúrgica a un receptor previamente estudiado por el equipo multidisciplinario del instituto, asegurando que se trate de un candidato sano física y mentalmente, que requiera un trasplante bilateral y que cuente con un entorno social estable. El donador debe ser diagnosticado con muerte encefálica.
El candidato a trasplantar no debe padecer enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión arterial, cáncer, enfermedad pulmonar, ni tener antecedentes de alcoholismo o tabaquismo, ya que alteran las características funcionales de la circulación que, con el tiempo, provocan la pérdida del injerto o alguna complicación trans o postoperatoria.
Psicológicamente, es fundamental evaluar la personalidad del paciente, su madurez y su capacidad de enfrentar situaciones adversas, así como verificar que se trate de una persona estable mentalmente y que tenga apoyo familiar, explicó la Jefa del Departamento de Consulta Externa, doctora Judith González.