Un estilo de vida moderno nos obliga muchas veces a alejarnos del equilibrio natural de las cosas, llegando incluso a alterar el equilibrio que ha llevado millones de años para establecerse, es por eso que en días como éste en el que se conmemora el Día Internacional de la Madre Tierra, restablecer este orden puede traer consigo muchos beneficios.
Nos referimos a los ciclos circadianos, con los cuales establecemos una relación con los ritmos ambientales derivados de la luz o temperatura, mismos que son alterados por un estilo de vida moderno.
Desde tiempos remotos, y con especial interés de los antiguos griegos, la humanidad ha estado consciente de la periodicidad de los fenómenos ambientales y naturales que rigen la biología y salud de nuestro organismo. Aristóteles, y posteriormente Galeno, escribieron sobre la periodicidad del sueño, centrándola, primero en el corazón y después en el cerebro.
De cierta manera, el medio ambiente impuso su ritmo a los seres vivos; el hombre fijo sus actividades a partir de la floración de las plantas, la reproducción estacional de los animales, la migración de las aves, la hibernación de algunos mamíferos, etc.
Aunque esto supone una lógica en las actividades que realizamos, el origen de los ciclos circadianos tiene su origen muchísimo tiempo atrás. Se cree que estos se habrían originado desde las primeras células para proteger la replicación de su ADN de la radiación ultravioleta del día, dando pie a la actividad nocturna.
Para darnos una idea de cómo nos puede afectar alterar los ciclos circadianos, sólo basta pensar en el efecto jet lag que experimentan algunos viajeros, quienes pueden presentar síntomas como desorientación, fatiga e insonmio; eso a corto plazo. En una situación mayor las alteraciones a la salud van desde desórdenes psiquiátricos y neurológicos, tales como el transtorno bipolar o problemas del sueño; en situaciones extremas se pueden padecer problemas cardiovasculares.
Nuestro estilo de vida actual: trabajo, prisas, estrés, desvelos, comer mal, etc. afectan los ciclos circadianos y con ello nuestra salud; es por ello que este Día Internacional de la Madre Tierra te invitamos a relajarte, tomar un respiro, comer de manera saludable y dormir bien.
Una dieta, que incluya los 3 grupos de alimentos: Leguminosas y alimentos de origen animal, cereales, así como frutas y verduras, puede ser una excelente forma de reencontrarnos con la naturaleza y con nosotros mismos.
Haz una pausa en el trabajo, lee un libro, platica con tus amigos, y por la noche aléjate de distractores como la televisión o el teléfono celular para que puedas disfrutar de al menos 8 horas de sueño.